Sofware Educativo Para Niños Discapacitados
17:01 | Author: Fernando Andres Faundez
Un centro tecnológico local desarrolla sistemas para discapacitados

Alejandro Meneses sólo puede mover un dedo y la muñeca. Le diseñaron un software especial y puede escribir y comunicarse.


El Centro de Desarrollo e Investigación en Tecnologías Especiales (Cedite) de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), sede Rosario, es el único en el país que desarrolla técnicas y programas personalizados para las necesidades que presentan las diferentes discapacidades. Luego de un estudio del caso, crean softwares y aparatologías específicas para lograr la independencia y mejorar la calidad de vida de los pacientes. Funciona hace 21 años y ya ayudó a más de 100 personas.

Tal vez el caso más conocido de pacientes a quienes se les realizaron prótesis y software especiales en el Cedite sea el de Milagros Girard, una nena santafesina de 12 años que en abril de 2006 sufrió la amputación de ambos brazos tras volcar el colectivo en el que viajaba. El director del Cedite, José Luis Albano, explicó como se fabricó una estructura que, apoyada sobre el hombro de la nena, le permite no sólo utilizar una computadora sino también comer sola. A ella también se le diseñó un baño adaptado, de manera que se puede higienizar y lavarse los dientes sin ayuda de nadie.

Sin embargo, este no es el único caso. Por el Cedite ya pasaron más de 100 pacientes. En un salón de la UTN (Zeballos y Entre Ríos), el ingeniero Albano recibe a cada discapacitado. Junto con los 15 integrantes de su equipo, entre ellos un ciego que mediante un software especial logró terminar su carrera de ciencia política, estudian cada caso.

"Es importante explotar las potencialidades que tiene cada uno", explicó Albano. A partir de ese estudio, los ingenieros empiezan a diseñar tecnologías que permitan autonomía y calidad de vida a quienes más lo necesitan.

Allí donde termina la medicina y no llega la rehabilitación, empieza el trabajo de la tecnología que permite a pacientes con discapacidades físicas o mentales recobrar habilidades según cada caso: leer, escribir, caminar, estudiar o comunicarse.

Gracias a este trabajo, un hombre que reptaba por su casa porque no se podía parar y sólo tiene un poco de fuerza en su mano derecha, hoy se maneja por la calle sentado en una motito que maneja con la cara. "Así conoció la vereda", acotó Albano. Otras personas sin brazos lograron dominar una computadora a través de una vincha que posee un láser.

"Para nosotros, cada paciente que llega es un desafío", confesó el ingeniero, que ahora está trabajando con una niña de tres años que nació sin brazos y piernas. "Tenemos que desarrollarle mucho la voz para que no se atrofie, porque es el sistema que tendrá para comunicarse", explicó.

Es cierto que mucha de esta tecnología también se desarrolla a nivel privado, pero en este centro, dependiente de una universidad pública, lo más importante es que no se cobra nada.

Uno por uno. Cada año el centro recibe pacientes de todo el país que llegan con problemas de aprendizaje, hipoacusia, síndrome de atención dispersa, autismo, síndrome de Down, ceguera y otras discapacidades físicas.

“La tecnología abrió un amplio camino que brinda posibilidades insospechadas”, señaló Albano y relató múltiples casos que sin el desarrollo tecnológico no podrían existir: “Hay personas que sólo mueven la nariz y pueden manejar una computadora, conectarse con el mundo y comunicarse con los demás, manejarse solos por la calle o asearse sin ayuda. Estas posibilidades significan cambios sustanciales en sus vidas”, indicó. Gracias al trabajo del Cedite, hay ciegos que pueden leer un diario por internet, una mujer sin brazos puede comer sola y un espástico dibujar con precisión.

Potenciales. Albano destacó que “las personas con discapacidad tienen potenciales que hay que descubrir y trabajar”. A modo de ejemplo, comentó que los ciegos son especiales para reproducir cintas grabadas, porque tienen muy desarrollada la audición. Por su parte, los sordos son ideales para la programación, por la capacidad de concentración que poseen.
   Luego de que comenzó el desarrollo de tecnología en el Cedite, otros centros del país siguieron la misma línea. Ahora se formó una red de universidades que cooperan entre sí. Por ejemplo, la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) trabaja sobre todo en barreras arquitectónicas y viviendas flexibles. Por su parte, la Facultad de Derecho asiste en las cuestiones legales. A su vez, la Universidad del Centro Educativo Latinoamericano (Ucel) coopera desde la parte de economía. En la Universidad Nacional de Córdoba se investiga la forma de hacer mejores colchones antiescaras y en la de Buenos Aires y la Fundación Favaloro se dedican a cuestiones cardiológicas. “La gran diferencia con el centro rosarino, es que aquí se atiende a las personas. En ninguno de los otros se hace”, acotó Albano.

   El ingeniero comentó que, luego de estos años de experiencia, comprobó que “nada se puede hacer si los padres no se comprometen seriamente”. Así se forma un círculo en donde se implican los conocimientos profesionales, el esfuerzo del discapacitado, la contención y el aliento de los padres y las facilidades de la institución. El cóctel funcionó bien en más de 100 personas que encontraron una solución a sus vidas en la UTN.

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